jueves, 27 de septiembre de 2012


PEDAGOGIA Y LITERATURA.
La Pared de Pink Floyd.



“De eso se trata la educación
como acontecimiento ético, de ser capaz de sufrir con el otro, en el otro, de tener escrito en el
horizonte que lo más importante en cualquier acción educativa es, sin duda alguna, que Auschwitz
no se repita” (Bárcena J. y Melich, 2000).

En este video, se destaca el aspecto inhumano, reflejado en diversas dimensiones en donde la fragilidad del cuerpo, como una avalancha arrastra a unos individuos hacia un precipicio, como un torbellino en la sociedad de control, hacia un desierto de desesperanza y la exclusión generada por la sociedad, de tal manera, que no se tiene en cuenta el cuerpo, como algo relevante, sino que está siendo relegado excluido, esclavizado por la dimensión cultural del control, de imposición que se encuentra implícita y radicada en el aula, en un espacio, en el cual, el docente es quien posee el poder y no permite que la creatividad literaria florezca, y donde el cuerpo, como propiedad de si, no tiene opción de elevar su voz impregnada de poesía.
Teniendo en cuenta lo expresado por la autora Cuervo, el cuerpo es poesía, es un abrirse hacia el otro, es una posibilidad de encuentro con el otro, de tal forma, que la pedagogía debe ser promotora de la afectación de los sujetos mediante el cuidado, el sentido que se da al cuerpo desde lo estético. El cuerpo para la autora, es una dimensión compleja de sensaciones, ideas, emociones, el cual se encuentra conformado por la sangre y el palpitar de un corazón que busca en sí , la esencia de la vida(Cuerpo con sentido: hacia una pedagogía poética. Clara Cuervo, pag.1).
En este sentido y desde el video, se capta la desconfianza, el miedo que se encuentra inmiscuido en el docente, prototipo de esta sociedad de control y vigilancia, la cual aplica e impone condiciones de una sociedad sin sentido, sin esencia, sin subjetividad, de tal manera, que el video, “La Pared de Pink Floyd”, nos presenta un tipo de sociedad, de escuela y por ende, un maestro controlador, es decir hecho desde la sociedad de la vigilancia, donde cuerpo y estudiante son relegados a un juicio externo proveniente del sujeto que controla, mediante una especie de barrera en la cual se destruyen las subjetividades y posibilidades de creación poética.
De esta forma, la autora propone una pedagogía desde el arte, desde la estética, con el propósito de derribar esas barreras que obstruyen las visibilidades humanas (Cuerpo con sentido: hacia una pedagogía poética. Clara Cuervo, pag.5) y abrirnos hacia el “otro”, sin opresiones, en la libertad, en la poesía, en el arte, encaminada hacia una pedagogía que sea capaz de reconocer, de sentir las emociones y sentimientos de los “otros”, de sufrir con los demás, desde una forma diferente de enseñar: “De eso se trata la educación como acontecimiento ético, de ser capaz de sufrir con el otro, en el otro, de tener escrito en el horizonte que lo más importante en cualquier acción educativa es, sin duda alguna, que Auschwitz no se repita” (Bárcena J. y Melich, 2000, Cuerpo con sentido: hacia una pedagogía poética. Clara Cuervo, pag.2), de tal forma, que los sentidos y el cuidado del cuerpo deben ser prioridad en el sujeto, sin desconocer sus emociones, sentimientos y pasiones que fluyen tanto en uno como en el “otro”, para conformar un todo en lo estético y una estética del cuerpo reflejado en el arte(Cuerpo con sentido: hacia una pedagogía poética. Clara Cuervo, pag.6
Poema.
“Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz y sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
Quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!”
(Dulce María Loinaz)

Este poema refleja la cruda realidad de una sociedad excluyente, racista, una sociedad que blande el aguijón de la discriminación, debido a su poder y condición de alto rango, de alto estrato, mientras que el ser humano relegado por aquella, pide a gritos, que se acepte en su condición de raza, sexo y posición social, que no se tenga en cuenta al otro por lo que posee, sino por lo que es, con todos sus defectos y potencialidades, en cualquier ámbito social y especialmente en las aulas escolares.

“Si me quieres, no me recortes:”(Dulce María)
En pedazos, mi corazón no destroces. (Celimo)
  
 Autor: Celimo M.

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